El autocuidado comienza en casa
El Autocuidado es la capacidad progresiva que tienen niñas, niños, adolescentes y adultos de tomar decisiones respecto de la valoración de la vida, de su cuerpo, de su bienestar y de su salud, así como el desarrollo de prácticas y hábitos para mejorar su propia seguridad y, con ello, prevenir riesgos.
Desde una mirada biopsicosocial el Autocuidado tiene algunos componentes:
1. Dimensión corporal: bienestar físico/ salud/ alimentación sana/deporte
2. Dimensión afectiva emocional: sentimientos y modos de emocionar
3. Dimensión cognitivo intelectual: modos de pensar
4. Contexto: modos de actuar en el mundo real y virtual (Internet)
5. Ámbito relacional: modos de relacionarse y establecer vínculos con otros
Desde esta perspectiva como formadores y padres debemos propiciar el autocuidado de nuestros hijos, por ejemplo:
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Promover conductas de vida saludable: realización de ejercicios, comida saludable, prevención de enfermedades, etc.
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Enseñar a decir "no me gusta", con palabras y desde lo corporal.
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Respetar espacios propios y de intimidad.
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Desarrollar autonomía en hábitos.
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Enseñar a cuidar sus pertenencias.
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Enfatizar en que no se tiene “derecho” a tocar a otro.
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Brindar oportunidades de autonomía (hábitos, decisiones: puedo hacerlo).
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Importancia de los límites: “NO” ( si son consistentes en el hogar, ellos también podrán establecer límites).
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Valorar y traducir los sentimientos que nos muestran nuestros niños.
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Controlar nuestra ansiedad y miedos como adultos, pues interfiere en los niños quienes pueden hacer una traducción errónea.
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Permitir que comuniquen lo que quieren, expresando lo que les pasa o sienten, sin adelantarnos.
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Enseñar a identificar peligros y situaciones amenazantes y evitarlas.
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Acompañar en el uso de Internet y redes sociales, evitando su exposición a contenidos indebidos y/o personas malintencionadas.
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Evitar introducir necesidades y actitudes que no son propias de la edad.