¿Cuán importante es dormir bien?

El dormir ocupa una tercera parte de nuestra vida. No existe ninguna otra actividad a la que le dediquemos más tiempo que al sueño, de ahí la importancia que tiene en nuestra vida.

Su importancia en la infancia se ve incrementada por tres razones fundamentales:

a. El sueño es para el niño/a la actividad en que más horas invierte.

b. Hay una estrecha relación entre los problemas nocturnos y las alteraciones diurnas de comportamiento.

c. Las alteraciones de los patrones del sueño producen estrés familiar y disfunciones escolares.

Pocos placeres se comparan con la llegada de la noche, el ambiente adecuado y el relajo necesario para lograr un sueño agradable y reparador. Pero no todas las personas lo logran, entre éstas, los niños.

Los niños/as que tienen problemas con el sueño, ya sea a la hora de conciliar el sueño o bien que durante la noche tenga continuos despertares, al día siguiente su estado psíquico y mental no es igual que el de un niño/a que ha dormido sus horas y que tiene el cuerpo descansado para afrontar la actividad diaria.

Al día siguiente, estos niños/as presentarán:

Somnolencia excesiva diurna. Es decir, arrastrarán sueño durante todo el día, lo que impedirá que se centre en sus actividades.

Retraso escolar. Es evidente que la somnolencia acumulada les provoca una falta de concentración y un desinterés en sus actividades escolares. Les cuesta también más asimilar conceptos y atender en clase.

Otros síntomas son: irritabilidad, cansancio, apatía, ...

Es importante lograr que el niño/a adquiera un adecuado hábito de sueño, intentando cumplir con los principios que establece la llamada "higiene del sueño", concepto bastante utilizado por los profesionales para referirse a los factores que pueden determinar un buen o mal dormir. Entre ellos:

1)   Hacer que utilice la cama sólo para dormir, que no juegue o vea la tele en ella.

2)   Regular sus horarios y mantener la constancia en las horas de acostarse y levantarse.

3)   Preparar el ambiente en la habitación en la que vaya a dormir, que debe estar lo más alejada posible de los ruidos y la luz, manteniendo una temperatura agradable y contando con un colchón y almohada cómoda.

4)   Cuando se despierte llorando, esperar unos minutos antes de acudir, porque es posible que vuelva a dormirse sólo. Si sigue llorando, acudir sin encender la luz, ni jugar, levantarlo o mecerlo. Estar siempre atentos a signos que indiquen otras causas del problema: hambre, orina, fiebre, ...

5)   Procurar que no se vaya a la cama con el estómago vacío o lleno, porque su sueño podría alterarse.

6)   Evitar que tome bebidas que contengan cafeína en horas próximas a las que se vaya a dormir (bebidas con cola, café, té ...)

7)   No insistir en que se duerma si él no tiene realmente sueño. Lo mejor, en estos casos, es que se levante y haga una actividad monótona hasta que la somnolencia le venza (no debemos obligarle a dormir porque puede provocarle angustia, podría llegar a asociarla con el momento de irse a dormir, con lo cual más que solucionar el problema lo empeoraríamos).

8)   Procurar que haga ejercicio de forma regular ya que le ayudará a conciliar y mantener mejor el sueño.

El descanso nocturno es insuficiente en general para satisfacer todas las necesidades de los niños/as, hay que compensarlo con la siesta, para reparar el desgaste energético que realizan a edades tempranas. La siesta promueve un estado de alerta óptimo en los niños/as.

No olvidemos que cada niño/a tiene sus propias necesidades. No es extraño que algunos niños/as demanden más horas de sueño diurno que otros. La duración de la siesta dependerá de cada caso e irá disminuyendo paulatinamente. Quizá un signo de que el descanso ha sido reparador es que el pequeño/a se levante con ganas de volver a correr.

En los primeros años de vida, la siesta es tan importante como el sueño nocturno; por tanto, este momento de reposo debe respetarse siempre.

Es importante que el niño duerma la siesta cada día más o menos a la misma hora, lo que implica ser bastante regular en el horario de la comida.